
Nos vamos a Inglaterra, específicamente a Northumberland, para conocer la historia de esta fémina, si, se trata de una dragona que esconde bajo su piel la esencia de la joven princesa May Margret, una doncella, hija del rey Ida.
En medio de un contexto medieval se construye esta historia en la cual una bruja bajo el rol de madrastra hechiza a la joven y así calma un poco la envidia que le despertaba su belleza. Después de encantarla en una bestia, la envía a lo alto de un peñasco.
¿Quién es Laidly gusano?

Esta dragona llamada ahora Laidly Worm se alimentaba de la leche proveniente de las vacas de los aldeanos, quienes la dejaban para la criatura, evitando qué hambrienta se comiera sus reses.
Sabemos que no hay princesa sin príncipe y tampoco hechizo que no se pueda deshacer, sin embargo, el caso de esta historia tiene sus extrañeces, porque para que May Margret recobrara su apariencia debía ser besada tres veces, pero… Por su hermano, ¡nada romántico!
Childe Wynde, su hermano que hacía tiempo había salido del castillo buscando fortuna, regresa al saber que su hermana desaparece. Al llegar al lugar es atacado por la dragona (bajo órdenes de la bruja) y cuando el caballero se defiende, el animal le indica que la bese y él, así lo hace.
Definitivamente, de todas las historias de brujas y hechizos, esta nos ha resultado además de desmedida y ambiciosa, un tanto retorcida.